Isabella tiene 40 años y una pena enorme. No logra reponerse de una pérdida familiar de la que se enteró en las peores circunstancias. Sin embargo, a veces la vida da segundas oportunidades.
Con la narrativa magistral que la caracteriza, Fernanda Pérez presenta una novela que ahonda sobre los laberintos de la memoria y la culpa, sobre la fuerza de los recuerdos y los olvidos. En estas páginas, el amor –en todas sus formas– es la clave para curar, renacer y ponerse de pie. Y, aunque sea con pequeños pasos, volver a caminar.
“A veces, para sobrevivir se necesitan corazas...
Pero las corazas, por más que estén hechas de los mejores materiales, en algún momento se resquebrajan. Pueden durar años y años, pero basta una grieta imperceptible para que pierdan su eficacia”.